Cinco Poemas

11.12.06

ARMANDO ROA VIAL y sus 5 poemas de Zarabanda de la Muerte Oscura









1
ES EL VIEJO PHILLIPUS

empañado en el espejo,
ensayando en el silencio el sendero más estrecho,
cuando razones y palabras
ya no arden de su boca.
¿Para qué?
¿Para quién?
Apenas un jadeo.
La noche como un río que se curva.
El húmedo cuchillo de la luna
raspando las tinieblas.
La escritura sin rostro de la muerte.
La espesa neblina de la sangre.
Saturada la esperanza,
Phillipus de Arimatea
emerge de un sueño entrecortado
sin desplomarse todavía,
como un fúnebre acróbata,
en la cuerda más frágil del corazón,
donde ya sólo vibran para él amargos estertores.
El hombre, según Phillipus,
es un pensamiento nihilista en la mente de Dios.


2
SIEGA CADA IMAGEN.

Haz del lenguaje tu propio patíbulo.
Asciende pesadamente sus escalinatas.
Sé el verdugo. Cancela pronto la representación.


3
EN VANO HE LUCHADO CONTRA EL TENAZ INSOMNIO

de mi muerte.
La vida es una asamblea de sombras
Que se inmolan unas a otras.


4
¿CON CUAL DE TODOS MIS AMORES
habré de sobornar a la muerte?
La carne trama y conspira
desde lo hondo: la flema,
el grumo atiborrado de grasa,
el furor del polvo por volver al polvo.
¿Con cuál de todas mis herrumbres
habré de oxidarle la guadaña?


5
SIN ROSTROS NI MIEMBROS VA QUEDANDO.
Las colinas de mi cuerpo se enfrían.
Mi voz se hunde vacilante
en el pantanoso corazón de Dios.


SELECCIÓN, COMENTARIOS Y NOTAS
Por Leo Lobos - Francisco Véjar



Nota de edición poema 1: “El hombre de la era tecnológica es por excelencia un maquillador de la muerte. Sus esfuerzos por disfrazarla se despliegan incluso desde antes de la muerte misma, al buscar retardar los signos de la irreversible decadencia corporal que la anuncia. Por eso, mi zarabanda es una danza de la muerte según la vieja tradición de los autos sacramentales del segoviano Juan de Pedraza y de los manuscritos anónimos del Escorial, una apuesta provocadora frente al juego distractor de una época que ha buscado por todos los medios anestesiar el horror ante la caducidad de la condición humana.” Nos dice Armando Roa Vial en la 4ta.Capa de su libro de poemas Zarabanda de la Muerte Oscura, segunda edición corregida y definitiva. Impresa y encuadernada en Santiago de Chile en noviembre de 2006, con diseño de cubierta de Sandra Accatino, revisión de Paulina Correa y diagramación a cargo del editor Edmundo Rojas y publicado bajo su sello editorial Beuvedráis Editores.


Nota de edición poema 2: Armando Roa Vial (Santiago de Chile, 1966). Su trabajo literario abarca la narrativa, el ensayo, la poesía y la traducción. En poesía ha publicado El hombre de papel y otros poemas, El Apocalipsis de las Palabras/ La dicha de Enmudecer, Zarabanda de la Muerte Oscura, (galardonada el año 2000 con el Premio Nacional otorgado por el Círculo de Críticos de Arte), Estancias en homenaje a Gregorio Samsa y Hotel Celine entre otros. Ha traducido la poesía selecta de Robert Browning, la poesía temprana de Ezra Pound, Macbeth de Shakespeare y, también, la elegía anglosajona del siglo IX El Navegante. Es asimismo autor del ensayo Elogio de la Melancolía, del volúmen de relatos Para no morir tan despacio y de las antologías Ezra Pound. Homenaje desde Chile, en coautoría con Armando Uribe, y La invención de Chile, en coautoría con Jorge Teillier entre otros. El año 2002 obtuvo el Premio Pablo Neruda.


Nota de edición poema 3: Sobre sus influencias nos dice Armando Roa: “Las enumeraciones pueden ser múltiples. Hay autores a los que he traducido y a quienes siempre vuelvo, como Ezra Pound, Keats, Swimburne y Robert Browning; ciertas lecturas provocadoras y estimulantes como Dostoiewsky, Hölderlin, San Agustín, Baudelaire, Nietzsche, Celan, Schopenhauer o Thomas Bernhard. Y cuando se trata de volcarse a otros lenguajes no verbales -quizá por que aquello que buscamos rebasa el estrecho límite de la palabra- siempre apelo a la música, que parece comenzar allí donde la palabra acaba, dando paso a dimensiones sobrehumanas, numinosas, casi inefables, y por eso mismo, abrumadoras. Sin ir más lejos, en varios de los poemas de mi texto "El Apocalipsis de las Palabras/ La dicha de Enmudecer", ensayo un esquema rítmico que intenta aproximarse al sistema de las series de doce notas de la escala cromática ideado por el compositor austríaco Anton Webern”.


Nota de edición poema 4: El itinerario de mi escritura - nos dice Armando Roa Vial - ha sido siempre la bitácora de mis lecturas. Creo en la literatura “ecuménica”, alusiva, en el centón gozoso y mancomunado. En este juego especular de ecos, citaciones y diálogos, el lector podrá reconocer -aparte de las referencias explicitas- diversas máscaras invitadas a mi ZARABANDA: René Char, Octavio Paz, Olga Orozco, Helmut Swinburne, Alfred Tennyson, G. M. Hopkins, Edward Cummings, T. S. Eliot, Charles Baudelaire, José Angel Valente, Juan Luis Panero, Carlos Marzal, Gottfried Benn, Emil Cioran, Jorge Luis Borges y Cesar Vallejo.


Nota de edición poema 5: Los títulos latinos Sarcophaga Carnaria y Tenebris Ipneus de Zarabanda de la Muerte Oscura aluden a la nomenclatura médico-legísta de las etapas evolutivas del cadáver en su proceso de descomposición. Pavana Lachrimae se basa en el cuarteto Los Ángeles Negros, del compositor norteamericano George Crumb. Phillipus de Arimatea es el reverso de José de Arimatea, y Julius Sordello es una réplica a Sordello de Mantua, el poeta inmortalizado por Robert Browning.